Selva de Irati: Embalse y Cascada Cubo
Navarra - Ochogavia
FACIL - CIRCULAR - 27KM
Ruta de espectacular belleza y de obligada visita en otoño. Uno de esos sitios de ensueño en los que más que describir la ruta lo mejor es quedarse con las imágenes (difícil, muy difícil seleccionar cuales porque hice más de mil fotos...)
El día amaneció nublado, pero la lluvia fue benévola y nos permitió realizar sin problemas el extraordinario recorrido de 27 kilómetros que no nos supo para nada a exceso.
Bordeamos el pantano bajo el dulce sonido de las gotas cayendo sobre nuestros chubasqueros y pisamos la gran alfombra roja que la lluvia había puesto bajo nuestros pies al arrancar las hojas rojas de los árboles que se erguían enormes con brillantes copas sobre nosotros.
Prácticamente toda la ruta circula por camino ancho y plano sin posibilidad de pérdida y se accede a la zona de aparcamiento tras un peaje más que razonable de 5€ y un bonito recorrido por una carretera de acceso al mismo.
Salimos del parking acelerando un poco el paso para coger algo de distancia con los otros grupos que al igual que nosotros llegan a la zona y también para entrar el calor porque al salir del coche el aire frío y la lluvia nos sacuden rápidamente.



Nada más arrancar el paseo la cámara ya echa chispas y al poco nos olvidamos del frío y de la lluvia...Lo que tenemos alrededor nuestro compensa con creces cualquier sacrificio que requiera el día...Es tal cual lo había imaginado y la sensación de disfrutar un sueño hecho realidad es un placer que creo que llevaré siempre conmigo y al que recurriré cuando necesite calma y paz.




El día amaneció nublado, pero la lluvia fue benévola y nos permitió realizar sin problemas el extraordinario recorrido de 27 kilómetros que no nos supo para nada a exceso.
Bordeamos el pantano bajo el dulce sonido de las gotas cayendo sobre nuestros chubasqueros y pisamos la gran alfombra roja que la lluvia había puesto bajo nuestros pies al arrancar las hojas rojas de los árboles que se erguían enormes con brillantes copas sobre nosotros.
Prácticamente toda la ruta circula por camino ancho y plano sin posibilidad de pérdida y se accede a la zona de aparcamiento tras un peaje más que razonable de 5€ y un bonito recorrido por una carretera de acceso al mismo.
Salimos del parking acelerando un poco el paso para coger algo de distancia con los otros grupos que al igual que nosotros llegan a la zona y también para entrar el calor porque al salir del coche el aire frío y la lluvia nos sacuden rápidamente.
Nada más arrancar el paseo la cámara ya echa chispas y al poco nos olvidamos del frío y de la lluvia...Lo que tenemos alrededor nuestro compensa con creces cualquier sacrificio que requiera el día...Es tal cual lo había imaginado y la sensación de disfrutar un sueño hecho realidad es un placer que creo que llevaré siempre conmigo y al que recurriré cuando necesite calma y paz.
A cada curva el paisaje mejora en el poco margen que tiene para ello y nuestra sonrisa no puede ser más sincera y más humilde...Nos sentimos pequeños bajo esos enormes árboles y aquí todo parece que deje de tener importancia.. Se pasea sin pensar en nada en absoluto...dejando llevar un pie tras otro sin importar hacia dónde lleve el camino.
Entre los árboles vemos el río y en un saliente del camino nos acercamos a verlo de cerca...Lo que de lejos nos parecían rocas negras, nos damos cuenta de que son capas enormes de hojas secas que se han acumulado en los márgenes del río y que, podridas por la humedad, se han compactado en esa masa negruzca.
El suelo es una auténtica alfombra roja con matices verdes...Me faltan adjetivos para describir no sólo la belleza del lugar -que al menos eso se puede llegar a intuir mirando las imágenes aunque ellas sean sólo una porción insignificante de la realidad-, pero sí de las sensaciones que te invaden al encontrarte inmerso en este paisaje...escenario de cuentos de hadas, gnomos y las más ellas fantasías propias de nuestra más feliz infancia.
Seguimos en nuestro camino que no tiene pérdida y entramos en una zona más boscosa, con pinos enormes y dos ruedas de roca anunciando el Monte La Cuestion por el que discurre la Pista Forestal que guía nuestros pasos.
A los lados del camino, el bosque cerrado, con sus troncos y rocas cubiertos de musgo verde brillante bajo las gotas de agua.
La admiración sigue intacta durante todo el recorrido...No se trata de una zona en concreto, todo el entorno es magnifico, bonito se queda corto...es hermoso en el más amplio sentido de la expresión, un pozo enorme lleno de frescura y belleza al que estoy segura que volveré a asomarme en más ocasiones.
Las vistas del pantano en primera linea nos permiten ver que está muy lejos de alcanzar su capacidad por lo que nos alegramos más del día de lluvia... Estoy convencida de que llegará el día en que mire con nostalgia todas las fotos de los pantanos por los que hoy paso y diré..."yo los vi con agua" Cada año están todos más secos...
Abrazar un árbol dicen que da energía...no sé si será cierto...yo lo hago y me recreo en su olor a madera mojada ...otro gran placer que no todos comparten...
El agua de la lluvia baja por algunas laderas en forma de pequeños riachuelos y ese corre-corre del agua saltando entre las rocas le da otro atractivo adicional al paseo.
Y sigo con la mirada esos árboles inmensos que no se acaban nunca y que crecen erguidos hacia el cielo ...me dejan boquiabierta.
No me resisto a poner una piedra en una pila de muescas..."Yo estuve aquí" pienso mientras la coloco con orgullo...y sonrío.
El camino es tan cómodo que nos cruzamos con muchísima gente ..algunos solo hacen un tramo, otros pasean en bici, otros incluso llevan carros de bebes con protectores de plástico....Gente de todas las edades y todos ellos con sonrisas enormes...se les nota relajados, alejados de las preocupaciones y disfrutando como yo...Menuda gozada pienso al compararlos con el semblante tan trise de la mayoría de la gente con que nos cruzamos casi todos los días en la calle.
Cuando el camino se abre al cielo y podemos ver las montañas cercanas lo que se divisa es la bruma del día, los ocres del otoño en su esencia vistos desde la distancia, como plasmados en un cuadro al oleo.
En este tramo se me dispara el pulso y a veces paro y cierro los ojos para retener el momento, la imagen, la sensación de ese segundo.
Llegamos al parking de casas de Irati. Aquí llegan muchos coches y autobuses con grupos. Buscamos la salida hacia la Cascada de Cubo y nos alejamos del bullicio en busca de nuestro objetivo.
Llegamos al desvío a 1km más o menos y bajamos por un sendero un poco resbaladizo y bastante embarrado por las lluvias hasta llegar a nuestro objetivo.
Este señor estaba acompañado por su mujer y nos contaron que ellos llevan 25 años acudiendo todos los otoños a la Selva de Irati a darse un paseo y disfrutarlo...Casi como una tradición... Les envidié, pero imagino que les pillará más cerca que a nosotros...
Reponemos fuerzas con unas chocolatinas buenísimas y volvemos hacia el aparcamiento de Casas de Irati
Lo cierto es que es difícil saber donde mirar: el suelo, los detalles que se esconden entre las hojas, el musgo, los troncos, las rocas, los árboles, sus copas, el cielo, los charcos....
Volvemos hacia el pantano...hace un rato que nos hemos dado cuenta de que el track que seguimos está bien, pero los km que indicaba no porque la ruta que estábamos haciendo se suponía que era de 18km y hace tiempo que los hemos superado por lo que, a la vista del recorrido que vemos que aún nos queda, intuimos que la ruta acabará siendo de más de 25km (al final nos salieron 27km)
Hacemos un mini descanso en esta casona abandonada donde sorprendimos a unos graciosos cantores que creyéndose solos en el paraje estaban dando riendo suelta a su juerga cantarina..al verse sorprendidos pro mi risa nos invitaron a unirnos al grupo pero declinamos la oferta que ya estaba el día bastante nublado jeje.
Seguimos camino por un sendero precioso cruzando un puente sobre el río.
Adoro los senderos y este se lleva la palma...No tiene ni un rincón de desperdicio...menuda maravilla. ¡Espectacular!
Llegados al pantano las botas están totalmente embarradas, pero los pies siguen calientes y secos...me encantan estas botas. Seguimos hasta acercarnos a la presa.
Ya en la presa, vemos que son casi las cinco de la tarde, el día empieza a bajar y según el garmin a las seis aquí anochecerá por lo que nos extraña ver a gente viene por el sendero en dirección contraria a la nuestra (cualquier aparcamiento cercano sabemos que les pilla a mucho más de una hora por lo que les caerá la noche encima seguro...debe ser una experiencia, pero conmigo que no cuenten).
Nos alejamos de la presa y recorremos el tramo final sabiendo que el final de nuestro recorrido está cerca..
Casi siete horas de paseo que no me importaría volver a repetir...¡cómo lo he disfrutado!.
Al final suman 26,74km todos ellos increíblemente recomendables..
Que nunca pierdan fuerza mis piernas , que nunca pierdan vista mis ojos...necesito sentir en vivo que estos lugares existen. ¡Pilas a estallar por sobrecarga!
Ruta wikiloc
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