Huesca - Bujaruelo
Fácil - Circular - 15km
Valle de Ordiso
El Valle de Ordiso, en Bujaruelo es un postre espectacular tras digerir Ordesa. El complemento perfecto para un fin de semana de ensueño...
Para iniciar la ruta, debemos dirigirnos al camping de San Nicolás. Es muy fácil llegar: desde Torla en dirección a Ordesa, llegamos a una rotonda donde a la derecha está la barrera que controla el acceso al Parque Nacional y a la izquierda queda el camino a seguir hacia el Valle de Bujaruelo-Puente de los Navarros.
Es una pista de tierra, pero el coche puede circular perfectamente unos 6km hasta llegar al camping , donde está el refugio, albergue, restaurante y cafetería. Nota importante: localizar lavadero de coches porque al volver lo encontrarás bajo una gruesa capa de polvo.
Arrancamos el paseo cruzando el famoso puente de San Nicolás para alcanzar el margen opuesto del río Ara.
A través de una bonita senda, iniciamos nuestra caminata de hoy, descubriendo refugios totalmente camuflados en el camino, mientras paseamos a la sombra de este hermoso bosque.
Aparecemos en una pradera digna de inspiración para pintores, atravesada por las transparentes y frías aguas del río Ara.
Después de comentar la belleza de ese rincón y la paz del lugar, volvemos al sendero que sigue paralelo al río.
Llegamos a la pista de Otal y aquí nos despistamos un poco porque creíamos que el sendero continuaba justo cruzando la pista, pero tras unos metros de curioseo por ahí, nos damos cuenta de que no es así, por lo que finalmente regresamos a la pista y la tomamos en sentido ascendente.
Metidos ya de lleno en el valle de Otal, nos recreamos en las vistas que nos presenta en cada curva de su continuo zig-zag, disfrutando de la sombra y el frescor que nos proporcionan los árboles a ambos lados del camino.
Vemos el agua que fluye de la montaña, brotando entre las rocas y cayendo al suelo que pisamos mientras atraviesa la pista y sigue su cauce en descenso para alimentar el río encañonado en el valle.
En el camino, divisamos alguna cascada y la fotografiamos sin saber que unos metros más adelante, el sendero que recorremos nos llevará hasta su misma base.
Y antes de que nos demos cuenta, al girar una curva, hemos llegado a ella...Es la cascada del Salto del Pich cuyas aguas, encharcan y cruzan mansas la pista que estamos recorriendo. El tramo se nos ha hecho corto, las distancias parecen desaparecer cuando disfrutas tanto de cada paso.
Un poquito de escalada por las rocas que están secas para verla de más cerca y volvemos al camino.
Es un bonito paseo de curvas que, de vez en cuando, nos permite asomarnos con precaución para ver el torrente de agua que corre más abajo encañonado entre paredes de roca.
El sonido del agua con su melodía contínua e incesante alegra la caminata, quedando siempre a nuestra izquierda mientras seguimos ascendiendo hasta que finalmente llegamos a un refugio de pastores llamado del Vado y llegamos al Puente de Ordiso desde el que se disfrutan de unas formidables vistas.
Aquí termina la pista de Otal y desde ahí se enlaza con la senda del GR-11 que lleva hacia los baños de Panticosa. Cruzamos el pequeño puente y pensamos que esa senda nos llevaría a ver mejor la cascada de la desembocadura del río Ordiso en el Río Ara, pero al llegar arriba y ver que no es así, sino que la senda se aleja, desandamos nuestro pasos en el tramo que llevamos recorrido y volvemos al puente, no sin antes recrearnos de las panorámicas que desde ese punto de altura se nos ofrecían del valle.
Es esta zona encontramos muchísimas flores, sobretodo las azules tipo lirios que no sé cómo se llaman pero que son de una delicadeza que atrapan..
Decidimos cruzar el río y refrescarnos eligiendo esa zona para dar cuenta del almuerzo. Un lugar idílico para una parada imprescindible.
Iniciamos el regreso contentos, a veces charrando, a veces en silencio... sintiéndonos realmente privilegiados de poder disfrutar de este precioso de rincón del mundo.
En el descenso por la pista, descubrimos la indicación hacia el puente colgante de Burguil que se nos había pasado al subir, Está indicado pintado en roca y señalizado en una piedra mojón, pero si no vas atento, se te puede pasar por alto..
Cruzamos un bonito tramo de bosque entre pinos, robles y hayas y llegamos al mencionado puente.
Una gozada poder salir de la pista y adentrarnos en el bosque con sus sombras y sorpresas
Desandando nuestros pasos, llegamos al punto inicial de la pista, y esta vez continuamos en descenso hacia el Puente de Oncís junto al que vemos a algunos niños saltando a las aguas transparentes del río.
Curioseamos un poco las sendas que salen junto al puente y finalmente, siguiendo una de ellas, volvemos a la pista de nuevo, saliendo al cruce de la señal.
Curioseamos un poco las sendas que salen junto al puente y finalmente, siguiendo una de ellas, volvemos a la pista de nuevo, saliendo al cruce de la señal.
De nuevo, bajamos por la pista otra vez y regresamos al puente, lo cruzamos y seguimos, llegando a un cruce en el que giramos a la izquierda hacia la pradera del inicio, pero regresando por el margen del río contrario al que vinimos...Aquí toca parada, baño y minisiesta a la sombra de un árbol.
Visto desde la sombra del pino a la que nos cobijamos tras refrescarnos, el valle parece una estampa, un cuadro pintado, una postal...De hecho, la cámara en una pequeña caída se ha desajustado algo y nos da unas fotos extrañas pero hermosas. Como si fueran instantáneas congeladas con preciosas pinceladas
La ruta acaba y llegamos al coche junto al camping...Consultamos el Garmin...17km y nos han sabido a poco. Mientras esperamos que se refresque un poco el coche, vemos una cascada al otro lado del camping...Nos miramos, sonreímos...¿A por ella? Síííííi....Es pronto para volver, las piernas quieren más y pensado y hecho, volvemos a cerrar el coche y cruzamos de nuevo el puente románico, girando esta vez a la derecha en búsqueda de un sendero que nos lleve a la cascada.
El sendero es claro, paralelo al río y cruzando bosque ...Nos dejamos llevar por el sonido en cuanto aparece...inconfundible...La fuerza con la que el agua choca en las rocas nos va guiando.
Y con esta cascadita en la retina ya sí damos por concluida la ruta...Regresamos al coche y volvemos haciendo memoria de todo lo visto que no es poco...Este valle es un sueño apto para todos los públicos. Preciosos e inolvidables prados verdes, montañas gigantescas, vistas de águila, ríos de alegres corrientes y cascadas de sonoras caídas....¿Qué más se puede pedir a una ruta pegada a Ordesa para que no desmerezca? ¡Nada!
Pilas de reserva cargadas...Madre mía que difícil va a ser superar esto...