VALENCIA - DOMEÑO
Fácil - Lineal - 15km
Ruta por el Cañón del Río Turia
Después de un mes de descanso, igual que si fuera "La Vuelta al Cole", retomamos esta buena afición pese a que el calor sigue siendo sofocante. Por ello, empezamos con una ruta sencilla, sin más expectativa que la de pasar una agradable mañana.
Este paseo por el Cañón del río Turia es ideal para ello. Transcurre enteramente por pista forestal, junto al río Turia y se puede hacer incluso en bicicleta. Es una ruta plana, sin ninguna dificultad añadida a la de soportar las temperaturas que todavía nos recuerdan que el calor del verano aún tardará en dejarnos.
Aparcamos junto al embalse en una zona junto a la carretera nada más pasar este puente de arcos
La pista forestal nos sitúa frente a la famosa cascada de Domeño y pensamos en acercarnos a verla de más cerca, pero ese desvío no está incluido en nuestra ruta descargada y no estamos seguros de si hay camino de acceso directo, por lo que decidimos seguir adelante.
Avanzamos siguiendo los pequeños carteles que señalizan la Ruta Turística del camino y pasamos junto unas chumberas. Más adelante, llegamos a una central eléctrica.
Garroferas y cañizales a ambos lados del camino que nos conduce, junto al río, a la sombra que propician las paredes del cañón en un agradable paseo antes de que el sol asome con fuerza por el este.
Nada más fresco que pasear temprano junto a la vereda del río escuchando el discurrir de sus aguas, mientras nuestros pasos lo cruzan de un lado a otro en varias ocasiones.
Por fin es temporada de moras. Dulces y sabrosas, las encontramos durante todo el camino...Literalmente, me puse "morada" con estos pequeños frutos e incluso hice recolección entre espinas para traer a casa.
Los primeros rayos del Sol consiguen superar las paredes del cañón y llegan al camino, por lo que empezamos a notar los efectos del calor con el que ya contábamos.
Pasamos junto a un puente de madera, en bastante mal estado dado que muchos de los listones del suelo están sueltos y llegamos junto a un merendero.
La pista sigue a la sombra de pinos cuya pinocha seca cubre, como si fuera una alfombra, los laterales del camino.y nos acerca a las paredes del cañón con todos sus estratos.
Todavía podemos disfrutar de alguna sombra en los tramos donde las paredes del cañón son más altas. Los pinos aquí crecen altos y erguidos buscando la luz.
Pasamos junto a una fuente sin agua y un depósito de agua cerrado.
Y nos deleitamos disfrutando de los colores que avisan que el otoño se aproxima.¡Me encantan!
Disfrutamos del encanto de las últimas curvas en el tramo final de esta caminata y de los bonitos recodos mansos que el río nos regala.
Sin cansancio esta vez, llegamos al punto final de la ruta, el ensanche de agua y el merendero. Aunque todavía nos faltará regresar por el mismo camino por el que hemos venido..
Toca almuerzo y tras dar buena cuenta del bocata, regresamos bajo el sofocante sol del que ahora sí es imposible escapar.
Desandamos nuestro pasos, y volvemos a llegar frente a la cascada, pero demasiada calor. Se ha girado poniente, por lo que nos conformamos con la vista desde el camino sin acercarnos más a ella.
Este paseo por el Cañón del río Turia es ideal para ello. Transcurre enteramente por pista forestal, junto al río Turia y se puede hacer incluso en bicicleta. Es una ruta plana, sin ninguna dificultad añadida a la de soportar las temperaturas que todavía nos recuerdan que el calor del verano aún tardará en dejarnos.
Aparcamos junto al embalse en una zona junto a la carretera nada más pasar este puente de arcos
La pista forestal nos sitúa frente a la famosa cascada de Domeño y pensamos en acercarnos a verla de más cerca, pero ese desvío no está incluido en nuestra ruta descargada y no estamos seguros de si hay camino de acceso directo, por lo que decidimos seguir adelante.
Avanzamos siguiendo los pequeños carteles que señalizan la Ruta Turística del camino y pasamos junto unas chumberas. Más adelante, llegamos a una central eléctrica.
Garroferas y cañizales a ambos lados del camino que nos conduce, junto al río, a la sombra que propician las paredes del cañón en un agradable paseo antes de que el sol asome con fuerza por el este.
Nada más fresco que pasear temprano junto a la vereda del río escuchando el discurrir de sus aguas, mientras nuestros pasos lo cruzan de un lado a otro en varias ocasiones.
Por fin es temporada de moras. Dulces y sabrosas, las encontramos durante todo el camino...Literalmente, me puse "morada" con estos pequeños frutos e incluso hice recolección entre espinas para traer a casa.
Los primeros rayos del Sol consiguen superar las paredes del cañón y llegan al camino, por lo que empezamos a notar los efectos del calor con el que ya contábamos.
Pasamos junto a un puente de madera, en bastante mal estado dado que muchos de los listones del suelo están sueltos y llegamos junto a un merendero.
La pista sigue a la sombra de pinos cuya pinocha seca cubre, como si fuera una alfombra, los laterales del camino.y nos acerca a las paredes del cañón con todos sus estratos.
Todavía podemos disfrutar de alguna sombra en los tramos donde las paredes del cañón son más altas. Los pinos aquí crecen altos y erguidos buscando la luz.
Pasamos junto a una fuente sin agua y un depósito de agua cerrado.
Y nos deleitamos disfrutando de los colores que avisan que el otoño se aproxima.¡Me encantan!
Disfrutamos del encanto de las últimas curvas en el tramo final de esta caminata y de los bonitos recodos mansos que el río nos regala.
Sin cansancio esta vez, llegamos al punto final de la ruta, el ensanche de agua y el merendero. Aunque todavía nos faltará regresar por el mismo camino por el que hemos venido..
Toca almuerzo y tras dar buena cuenta del bocata, regresamos bajo el sofocante sol del que ahora sí es imposible escapar.
Desandamos nuestro pasos, y volvemos a llegar frente a la cascada, pero demasiada calor. Se ha girado poniente, por lo que nos conformamos con la vista desde el camino sin acercarnos más a ella.
Para ser el primer día de la nueva temporada y con un calor sofocante nos conformamos con el paseito dado.
¡Pilas cargadas!
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