Covaleda : Laguna Negra

Laguna Negra helada

Soria - Covaleda

FACIL - LINEAL - 5KM 

Hoy el tiempo no nos permite hacer la ruta que teníamos prevista ...No obstante, no podemos evitar hacer un minirecorrido para visitar la Laguna Negra (aunque hoy debería bautizarse como la laguna blanca y a las fotos me remito como explicación del por qué).

El bonito paseo compensa la pena de quedarnos con las ganas de hacer el circuito completo  que teníamos previsto, pero el suelo resbaladizo cubierto en gran parte de hielo y las nubes cargadas que, esta vez intuimos que no van a dar tregua, nos lo desaconsejan ...así que nos quedamos con esta versión cortita que también es buena y merecedora de un huequito en el  blog. Eso sí...nos ponemos una cruz para volver algún día a hacer la ruta completa, que debe ser una maravilla con sus cuatro lagunas glaciares.

La Laguna, llamada negra porque parecía no tener fondo se hizo famosa por ser el escenario de la conocida obra de Antonio Machado "La tierra de Alvargonzález" en el que la avaricia de unos hijos ansiosos por heredar las tierras de su padre lo asesinan y arrojan el cadáver a esta laguna confiados de que la profundidad de sus aguas ocultará el delito cometido. En las últimas estrofas de este relato, se ve una buena descripción del lugar a los ojos del escritor:

"Llegaron los asesinos 

hasta la Laguna Negra, 

agua transparente y muda 

que enorme muro de piedra, 

donde los buitres anidan 

y el eco duerme, rodea; 

agua clara donde beben 

las águilas de la sierra, 

donde el jabalí del monte 

y el ciervo y el corzo abrevan; 

agua pura y silenciosa 

que copia cosas eternas; 

agua impasible que guarda 

en su seno las estrellas"

Nosotros queremos conocer el lugar que inspiró al escritor en esta obra y subimos con el coche hasta el parking que queda a 2km de la Laguna Negra por carretera...

  

Somos de los primeros y esto es una suerte, porque aún no han llegado los autobuses lo que nos permite disfrutar del paisaje sin aglomeraciones  y además nos ahorramos pagar el parking que es de pago a partir de cierta hora por el tema de la saturación.

  

  

La carretera asciende paralela al río, que queda a la izquierda, y los numerosos riachuelos procedentes de deshielos de cotas superiores se alternan bajando entre las rocas y pinadas hasta confluir en sus aguas..

  

  

  

Las vistas son totalmente preciosas y decidimos que la vuelta al parking la haremos entre el bosque, paralelos a la carretera para ver más de cerca el río y disfrutar mejor del envolvente abrigo de las pinadas que agitan sus copas al viento.

  

  

  

Finalmente llegamos al paseo que rodea la Laguna. Alguna de estas zonas están cubiertas de nieve que, helada por las bajas temperaturas se ha vuelto hielo y es fácil resbalar...Aprovechamos los surcos creados por las pisadas continuas y las huellas de otros que se nos han adelantado para afianzar nuestro pasos caminando pegados a la barandilla para pasar sin hacer patinaje acrobático ni caer en patosas caídas.

  

  

  

Nos quedamos admirando los acantilados jaspeados de nieve al otro lado de la laguna ("muros de piedra donde los buitres anidan...") y la gruesa capa de hielo que cubre el agua y que invita a un patinaje que yo no me atrevería a practicar. Al parecer el primer domingo de agosto, se celebra como competición importante la travesía a nado de la laguna. He visto fotos de este lugar en otras épocas del año y lo cierto es que en verano el agua parece verde, en otras épocas negra y en esta luce blanca...me quedo con la imagen blanca.

  

  

Los paneles informan sobre la vegetación del lugar y sobre la actividad del glaciar y como los desprendimientos del acantilado habían ido cayendo sobre la laguna en forma de bloques de gigantes rocas que ahora vemos junto a la pasarela. A la izquierda visualizamos una cascada y continuamos por la pasarela en esa dirección.

  

  

  

  

Saliendo de la pasarela y cruzando el río por una hilera de piedras llegamos a otro rincón precioso aunque de acceso menos cómodo ya que, pese a lo bonito del lugar, es hielo puro y es muy fácil resbalar. Nos acercamos para fotografiar el río y la cascada de agua buscando rocas secas, huellas de pisadas o nieve no helada para poder afianzar nuestros pasos...

  

  

  

  

En estos momentos, el tiempo estaba loco...igual aparecían rayos de sol, que de pronto se escondía tras una nube oscura y nos veíamos sacudidos por viento frío y helado. Las nubes parecían acercarse cada vez más oscuras y parecían estar a punto de soltar sobre nosotros toda su carga.

  

  

Finalmente, decidimos retornar a la pasarela para el retorno así que volvemos a cruzar la hilera de piedras y hacemos la senda de retorno que ya no está frente a la laguna pero sí permite ver los montes nevados...espectáculo nada despreciable.

  

  

  

  

  

Uau que vistas! El paseo ha sido breve, pero exquisito...Decidimos regresar hacia el coche, pero al y como habíamos pensado elegimos ir por el bosque y para nuestro deleite vemos un sendero que va bajo los pinos junto al río...Es mucho más agradable que ir por la carretera y las estampas bajo árboles y rocas cubiertos de musgo son de las que se  quedan grabadas en la retina. En ningún momento perdemos de vista la carretera y la gente que sube y baja por ella, simplemente hacemos el mismo camino pero por el sendero del bosque.

  

  

  

  

  

  

Llegamos al parking justo cuando comienza nevar..Muchos autobuses y coches llegan en ese momento y pensamos en la suerte que hemos tenido de haber sido "madrugadores" (habíamos llegado a las diez!! jaja). En pocos segundos la nieve se hace más y mas copiosa y acaba siendo una auténtica nevada que nos pilla justo al llegar al coche tras dos horitas de paseo.

 

  

  

Está claro que en esta zona y con esta nevada no podemos quedarnos a caminar y curiosear sus bosques así que tenemos que dar la ruta por por concluida, y hoy dedicaremos el día a visitar pequeños pueblos de la zona como Berlanga del Duero con su castillo y la colegiata:

  

  

  

Y también la villa medieval amurallada de Rello, en la que no sabemos si por el frío estaban todos guarecidos en sus casas o si se trataba de un pueblo abandonado porque no nos cruzamos con nadie.

  

  

  

  

  

Y como el frío aprieta, el viento es helado y no nos cruzamos ni un alma en estas callejuelas decidimos abandonar el callejeo y retirarnos por hoy para recrearnos en los sabores que nos ha dejado el día.

¡Pilas cargadas!